Ruinas (Cuento sin revisión)
***
He pensado últimamente -o al menos eso he querido creer- en una manera de salir de aquí. No sé cuánto tiempo ha transcurrido desde que desperté la última vez, o más bien, desde que logré dormir algo.
Escucho cosas -sí, sólo escucho- y un frío me quema la espalda. Mis ojos están cubiertos. Alguien viene, y susurra algo en mi oído -estás bien -
¿Estoy bien, es en serio eso? No lo sé pero intentaré convencerme. Hace un par de días me dijeron que todo estaba en mi cabeza, una vez que lo entendiera las cosas mejorarían. Siempre me arrojan sobras de comida y agua, pensándolo bien: sí, estoy bien. ¿Cuántas personas no mueren de hambre en el mundo? En cambio yo sólo debo aguardar.
Me dormí unos minutos, no debería confiarme. Ahora mis pies también están fríos. Esa voz -No tienes frío, lo que necesitas está al alcance de tu mano-.
Mis manos tocaron el suelo al rededor, una roída cobija. Estoy bien, no tengo frío, ya tengo un cobijo. Me había acostumbrado a la oscuridad. No quiero quitarme el vendaje de mis ojos, es mejor creer que eso que me susurra esa voz es verdad, es más, es verdad… sin duda.
Duermo de nuevo, al despertar se cuela una luz. No puede ser, nunca había pasado. No… NO, NO! Me aferro al cobijo, es lo que me dice la Voz. Me escondo, no… NO, LUZ NO!
Escucho cosas -sí, sólo escucho- y un frío me quema la espalda. Mis ojos están cubiertos. Alguien viene, y susurra algo en mi oído -estás bien -
¿Estoy bien, es en serio eso? No lo sé pero intentaré convencerme. Hace un par de días me dijeron que todo estaba en mi cabeza, una vez que lo entendiera las cosas mejorarían. Siempre me arrojan sobras de comida y agua, pensándolo bien: sí, estoy bien. ¿Cuántas personas no mueren de hambre en el mundo? En cambio yo sólo debo aguardar.
Me dormí unos minutos, no debería confiarme. Ahora mis pies también están fríos. Esa voz -No tienes frío, lo que necesitas está al alcance de tu mano-.
Mis manos tocaron el suelo al rededor, una roída cobija. Estoy bien, no tengo frío, ya tengo un cobijo. Me había acostumbrado a la oscuridad. No quiero quitarme el vendaje de mis ojos, es mejor creer que eso que me susurra esa voz es verdad, es más, es verdad… sin duda.
Duermo de nuevo, al despertar se cuela una luz. No puede ser, nunca había pasado. No… NO, NO! Me aferro al cobijo, es lo que me dice la Voz. Me escondo, no… NO, LUZ NO!
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