Hablando de ¿Ética?




La antigua Grecia es considerada como la cuna de muchos de los procesos e ideas que intentamos llevar a cabo en la actualidad. Muchos de los conceptos que conocemos hoy en día vieron su nacimiento en esta antigua cultura. Sin embargo, hay mucho de la historia de Grecia que es desconocido incluso para los historiadores debido a las pocas huellas que han llegado hasta nuestro presente.

Afortunadamente, existen algunas muestras que lograron mantenerse, y debido a su antigüedad fueron causa de estudios y análisis continuos, entre ellas las más conocidas y estudiadas, durante siglos, son los famosos cánticos de Homero: la Iliada y la Odisea.

Cánticos que cada día cobran más vida y cuyos estudios e interpretaciones se han vuelto fundamentales para todos los individuos dentro de nuestras sociedades.
Fernando Savater en su libro Política para Amador, dedica un capítulo completo para La gran invención griega, indicando que esta no es otra que la democracia y en el que obviamente no podía faltar una cita al segundo canto de la Iliada en el que Ulises golpea con un cetro a Tersites, un simple hombre de pueblo que cansado de los abusos decide dar su opinión en la reunión que venía ejecutándose. La pregunta que le sigue a esto es el ¿cómo podía suceder esto en la antigua Grecia cuando fueron ellos los creadores de la democracia?

Savater lo explica de manera muy sencilla indicando que el concepto que los griegos tenían de democracia no se parece en nada al concepto que utilizamos en la actualidad y que muchos a pesar de idealizarlo, simplemente lo dejan allí, como una idea.
Pero entonces: ¿por qué estudiar estas ideas que en nada se parecen a las nuestras?
Existen plasmados en ambos poemas ideas generales de principios éticos y morales que se han mantenido durante siglos, aunque no era la idea principal con la que fueron creados. Recordando, que para estos griegos las habilidades sobre humanas, las aptitudes y virtudes de sus héroes eran lo más importante a ser reflejados.

La Iliada nos muestra los últimos días de una guerra que duró diez años y que comenzó debido al rapto de una mujer, la Odisea nos narra las travesías, de uno de los héroes de esta guerra, para regresar a su casa luego de que la misma finalizase.

Por un lado, existe una figura que es la firme convicción de la ética y no es otro que Héctor, en la Iliada. Su discurso antes de las batallas se basaba en 3 elementos fundamentales de la época: su mujer, sus dioses y su ciudad. Sin embargo, los aqueos consideraban que su lucha también era digna, pues se les había ofendido luego de haber recibido como huéspedes a los príncipes troyanos.

Por otro lado, Ulises, en la Odisea. Hizo enfadar a uno de los más poderosos dioses del Olimpo, en el momento en que dejase ciego a uno de sus hijos. Existía un ideal, Ulises actuó contra él así que el Dios no dudó en ensañarse en su contra.

Moral y ética, ¿cómo saber lo que está bien o mal? Durante mucho tiempo nuestras sociedades se rigen bajo este par de “palabras” que quizá signifiquen mucho más de lo que expresan. Lo “bueno” “malo” “correcto” “incorrecto” “obligatorio” y “permitido” cambia dependiendo de la sociedad que se estudie, de esta manera, algo que era normal en la antigüedad, para nosotros es una ofensa, tal es el caso de la democracia que venía planteando al comienzo en el que la esclavitud era permitida.

No obstante, existen pactos mundialmente aceptados entre el deber ser. Así, en las narraciones fantásticas sobre la Odisea de Ulises, se puede rescatar una reflexión fundamental y no es otra que la que invita al hombre a no caer abatido y levantarse ante las adversidades. Es evidente el alto contenido motivador que esta manifiesto en la historia, además nos muestra cómo los seres humanos somos capaces de actuar ante las cosas propuestas y cómo se mueven para cumplir una meta o alcanzar un objetivo.
En cuanto a Héctor, se nos muestra un nivel de compromiso y a pesar de que en algún momento huyó temiendo por su vida, no puede negarse que su valentía y coraje fueron las que han pasado a la historia. Y como ellos, cada personaje cumplió su papel dentro del relato, bueno o malo, cada hazaña se muestra como un “deber ser”.

No por nada los poemas de Homero permanecen dentro del canon literario sobreviviendo así al tiempo. Su contenido motivador y de fuerza de voluntad hacen de estos libros fundamentales dentro del aprendizaje de los adolescentes, considerando a esta una de las etapas más difíciles del crecimiento.


By: Yendelki Pérez

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